¿Quieres saber más sobre la historia de la colombicultura? Entonces sigue leyendo este artículo.
La paloma, según afirmaciones hechas por expertos, veteranos y viejos aficionados, se cree que fue traída a España por los árabes, a raíz de su invasión en el año 711.
Las primeras noticias documentadas nos llegan especialmente de tierras murcianas. De hecho, la afición a los palomos en Murcia es muy antigua, tanto que ésta es conocida durante la dominación árabe y su esplendor data de aquella época.
La primera utilidad de la paloma fue la económica. De ella se obtenían varios productos muy valiosos en aquellos tiempos: la carne, las plumas y la palomina, inmejorable abono natural para los campos de cultivo.
En Murcia, la muralla de la ciudad tenía noventa y siete torres, y al perder su valor defensivo por el crecimiento de la ciudad y por su mal estado, fueron concedidas por los regidores para palomares.
Era tanta la cultura por la paloma, que la categoría social de las personas que desarrollaban esta actividad puede darnos idea el que fueron llamados «señores de palomares”. Otra prueba más del prestigio que disfrutaban los columbicultores del siglo XV es, que su juramento era prueba suficiente, ante los tribunales, para castigar a quienes se apropiaban o mataban palomos.
La práctica de la Columbicultura Deportiva
Cuando realmente se comienza a utilizar los palomos como «divertimento» es a partir del año 1773, y ya existía en la ciudad de Murcia una Sociedad Colombicultura, perfectamente organizada y dedicada a la «diversión» de palomos. De forma que históricamente, queda probada la afición a los palomos que ya existía en Murcia, en esta remota época.
Esta Sociedad fue creada en el año 1773, por lo que podemos afirmar categóricamente que, en Murcia, se constituyó la primera sociedad de palomos deportivos del mundo. Al menos de la que se tengan pruebas documentales.
Es de señalar, además en este importante documento, el hecho de que reiteradas veces llama «diversión» de palomos y «apasionados» a los aficionados; características ambas que imperan en lo que hoy llamamos deporte.
Además de que ya estaba extendida esta afición, observamos que era practicada por personas nobles de la ciudad.
Desde los tiempos de los Reyes Católicos, en que los llamaban señores de palomares, hasta estas fechas, la aristocracia murciana participaba con entusiasmo en tan popular diversión.
3. LA COLOMBICULTURA COMO DIVERTIMENTO
La afición a los palomos deportivos tiene en España una gran solera. De hecho, hoy en día es un deporte genuinamente español, que demuestra el carácter y la genialidad de nuestro pueblo, al utilizar los palomos para desarrollar una actividad deportiva con unas facetas sociológicas poco comunes. Supimos ver en los palomos algo más que un animal útil para fines comerciales y se comenzó a desarrollar con ellos una actividad. De esta manera, se empezó por seleccionar machos de gran aspecto físico y porte seductor, que pudieran ejercer atracción sobre las palomas, y así lograr que estos atractivos ejemplares se llevasen al palomar de su dueño, el mayor número de palomas.
Así nació la colombicultura deportiva.
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